
El comienzo (Cápsula 17)
No, no estamos en la tierra para pagar una culpa, ni incluso para crecer y mejorarnos a fuerza de sufrimiento… Sólo un padre degenerado podría optar como método de educación con el fin de que progresen sus hijos, el terror, la tortura, la humillación y la violencia. ¿Quién puede creer tal elección por parte de una Conciencia Divina que habría alcanzado la perfección?
La observación, al alba, en la bruma, de un cervatillo amamantando a su madre, siempre me inspiró la espantosa visión efímera de la decrepitud y de la muerte que nos espera. Siempre me he preguntado acerca de la naturaleza de este mundo que nos muestra la más majestuosa belleza, que nos la hace amar para, al final, privarnos gradualmente de todo. ¿Cómo entender un sistema donde la felicidad sólo dura un instante, y donde la amargura y la angustia vienen a llenar nuestra vida de cada día, mientras que solos nos vemos cruzando este valle de lágrimas y de sufrimiento?